
- Mi mujer me ama como jamás ninguna mujer amó a un hombre.
- Ah, ¿sí? Y por qué che? - preguntó el cantinero. - Bueno, la semana pasada pedí dos días por enfermedad en el trabajo.
- Mi esposa estaba tan nerviosa y contenta de tenerme en casa, que cada vez que venía el lechero, el portero o el cartero, salía corriendo a la calle agitando los brazos y gritando "¡mi marido está en casa, mi marido está en casa!"
No comments:
Post a Comment