
- ¿Desea algo de beber?
- Sí, hija, tomaré un martini, gracias.
- La azafata le pregunta entonces al otro sacerdote:
- ¿Desea usted también un martini?
- ¿Cómo se atreve a preguntarme eso? ¡Antes que mancillar mi cuerpo con alcohol, cometería adulterio!
- De inmediato dice el primero:
- Señorita, olvide el martini. Yo no sabía que se podía elegir...
No comments:
Post a Comment