
poco mosqueada por unaraya negra que tenía en
la entrepierna, justo en la ingle.
- El médico la examina, le dice que no parece grave
y le receta una pomada, pidiéndole que regrese a
los quince días.
- Pasado ese tiempo, la mujer vuelve y resulta que la raya no había desaparecido, sino que, aún más, esta se había ensanchado.
- Entonces, el ginecólogo le receta una pomada más fuerte y le pide regresar en ocho días.
- La señora vuelve y la raya era más ancha aún, tanto que ahora el mosqueado era el médico. Tratando de encontrar una solución comienza a interrogarla:
- Dígame, ¿a qué se dedica su marido?.
- Es carpintero. - ¡Ahí está, joder!. ¡Dígale a su esposo que cuando tenga ganas de irse para abajo se quite el lápiz de la oreja, cojones!.
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